El éxtasis del deseo
Cuerpos deseables y objetos tentadores se pasean todos los días ante nuestra mirada desde infinidad de imágenes, pero: ¿sabemos realmente como logran seducirnos? La capacidad de sugestión es una cualidad propia de la imagen y tiene que ver con la forma en la que se pone en juego el deseo.
Desear y mirar
Jeremy Scott
“Défilé Body Modification”, 1996.
© Jeremy Scott
El deseo1, en su relación con la fotografía, puede considerarse como la emoción que siente el observador ante la visión de personas, cosas y situaciones con las que se identifica de alguna manera y de las que digamos necesita apropiarse, una vez que ya las ha hecho suyas desde la visión. Porque mirar es desear lo que se nos muestra desde la distancia. Y es en el alejamiento donde se pone en marcha el capricho de la pasión de las imágenes.
Las fotografías publicitarias son las que más se aprovechan de esta circunstancia para conseguir hechizarnos con los mensajes tentadores que nos permiten imaginar que todo aquello que vemos puede efectivamente estar a nuestro alcance. Sería algo así como hacer cumplir la máxima de que lo que el ojo puede mirar, la mano puede alcanzar.